lunes, 21 de diciembre de 2009

LA ÚLTIMA CITA

SONETO


Cuando llegue la hora de la cita,
mi mente ha de evocar tiempos mejores,
y he de cubrir con pétalos de flores,
vericuetos de la senda infinita.

Me integraré con la tierra bendita,
donde duermen su sueño mis mayores,
he de darme sin penas ni temores,
pues ya toda ilusión está marchita.

He de irme tranquilo y sin complejos,
contemplando sereno y desde lejos,
como el sol se va hundiendo en el ocaso.

Habré de caminar hacia poniente,
sombrío el rostro y altiva la frente,
hasta alcanzar la meta paso a paso.